Comentario
Capítulo veinte y ocho
De las malas condiciones de las mugeres que nacían en este signo
Y si era muger la que nacía en este signo, también era mal afortunada. No era para nada, ni para hilar, ni para texer, y boba y tocha, risueña, soberbia, bozinglera; anda comiendo tzictli, y será parlera, chismera, infamadora. Sálenle de la boca las malas palabras como agua, y escarnecedora; es holgazana, perezosa, dormilona. Y con estas obras viene siempre acabar en mal y a venderse como esclava; y como no sabe hazer nada, ni moler maíz, ni hazer pan, ni otra cosa ninguna, su amo vendíala a los que tratavan en esclavos para comer, y ansí venía a murir en el tajón de los ídolos.
Remediavan la maldad de este signo en que los que nacían en él los baptizavan en la tercera casa que llamavan ei cóatl, o en la séptima casa que llamavan chicome atl, porque todas las terceras y séptimas casas eran buenas. Y por no repetir muchas vezes una cosa, brevemente dezimos que todas las casas que se siguen tienen la calidad de sus números, como ya arriba está dicho en muchos lugares.
La segunda casa de este signo ume cuetzpali; la tercera, ei cóatl; la cuarta, naui miquiztli; la quinta, macuilli máçatl; la sexta, chicuacen tochtli; la séptima, chicome atl; la octava, chicuei itzcuintli; la nona, chicunaui oçomatli; la décima, matlactli malinalli; la undécima, matlactlioce ácatl; la duodécima, matlactliomome océlotl; la terciadécima, matlactliomei cuauhtli.